Dissabte passat, Nekane Domblás publicava, a Brisas, que els consellers Antoni Garcías i Eberhard Grosske coincidiren a una platja nudista tal com la seva mare els va deixar en el món. Ahir, davant el Parlament, hi havia Eugenio El Tuerto, que narrava un romanç de cec assenyalant una pissarra amb el punter. No sé qui l'ha escrit, el romanç, ni qui ha dibuixat les vinyetes, a les quals s'escenifica l'aventura d'ambdós consellers, però és evident que tant l'escriptor com el dibuixant havien llegit Nekane. Eugenio Martínez, és manxec. Feia de pastor abans de perdre un ull en una baralla. D'aleshores ençà li diuen El Tuerto i canta romanços pertot arreu. Jo li vaig comprar aquest, referit a Garcías i a Grosske, que m'abelleix reproduir tot i que és escrit en castellà. Diu així:
Padres los que me escucháis.
Madres las que tenéis hijos.
Pararos y no os vayáis.
Bebed de vuestros botijos.
Cuentan que Quevedo un día,
'necesidad perentoria!,
sacó el culo de un tranvía
y alcanzó sin más la gloria.
¿Qué veo? Dijo la masa.
Es mi culo, no lo gocen,
dijo Quevedo con guasa.
Por el culo me conocen.
Butragueño fue de oro
cuando en el área rival
sacó su viril tesoro
que bien pesaba un quintal.
Loor a Grosske y Garcías
pues enseñan buenas vistas
sin temores ni manías
en las playas de nudistas.
El conde Lequio le envidia,
dijo de Grosske una moza
al fijarse en la endivia
que es donde la vista goza.
En la mar, haciendo el muerto,
estaba Antoni Garcías
y cual barco, palo inhiesto,
iba a no sé cuántas millas.
¿Qué era aquel aparato?
dijo la esposa al esposo,
¿no es, el cañonero Dato,
fuera del agua, en reposo?
En la mar, haciendo el muerto,
estaba Antoni Garcías
y cual barco, palo inhiesto,
iba a no sé cuántas millas.
Dijeron los indios Yuma:
'Ay qué hombres, qué donceles!
y al ajustarse la pluma
nadaban como jureles.
En el mar hay que tener
una especial atención,
pues lo que fuese jurel
se convierte en tiburón.
Por lo demás nada pasa.
Dejad ya de pequeñeces.
Bien se expondrá a la guasa,
quien muestre sus desnudeces.
Al tratar de desnudarse
por pública condición,
el líder ha de plantearse
lo que enseña a la afición.
¿Ideas y sentimientos?
Hay que pensarlo con calma.
'Fuera los remordimientos!
Antes el culo que el alma.
Para culos, señorías,
y trastos, que hay que tener,
los de Grosske y de Garcías
son de buen peso y buen ver.
Padres, los que me escuchéis;
madres, que no os habéis ido,
decid, pues, a quien habléis
todo cuanto habéis oído.
Ya sabéis cuál es la pinta
de quienes, sin pantalón,
plagian parte del Buscón
sin hacer correr la tinta.