L'ecotaxa i Castro

Caro Gabito Escarrer: salud fraterno compañero en la revolusión. He tenido notísias de la maniobra contrarevolusionaria que Fransisco Antich ha perpetrado en Mayorca con la ecotasa y, de súbito, se me ha subido la sangre a la cabesa como al gallo de Morón. Yo tengo una máxima, Gabito: hay que responder a las agresiones capitalistas con un baleo eficás. Cuando lo de la Bahía de los Cochinos, Kennedy ya se veía tan ricamente sentado en la Bodeguita de Enmedio, repartiendo chicle a los rorros de madre cubana. Entonses yo les grité a mis revolusionarios, revolusión o muerte, y ellos con los machetes de cortar la caña liquidaron la contrarevolusión. No permitas, Gabito, que el contrarevolusionario Antich grave con un impuesto criminal al proletariado internasional. Si quieres, Gabito, te presto el carro de guerra con el que yo disparé en Bahía de los Cochinos. Carese de ruedas, pero de tenerlas no hubieran servido para nada porque el capitalismo invasor nos había dejado sin combustible. Así que no hase falta le pongas ruedas. Has como yo: escoge sincuenta camaradas revolusionarios entre los más gallos de tu tropa, y que empujen el carro hasia el frente de combate como si fuera un paso más de vuestra Semana Santa. Y tu, Gabito, apunta con selo y dispara el cañón contra los contrarevolusionarios. Recuerda nuestro lema: revolusión o muerte. Si quieres te mando también a Gabito Garsía Márques para que confecsione un sustansioso parlamento de ánimo a la tropa. Una ves me dijiste que los intelectuales son glotones y se venden a cambio de una opsión económica que les permita adquirir la banana y las papas en el huerto, ahora mismo, siempre que lo deseen. Yo te dije que no: que los intelectuales son camaradas de honor que no se compran con plata, sino que se convensen con las ideas para la causa revolusionaria. Para convenser a Gabito Garsía Márques de la justesa de vuestra revolusión, prepárale un hotelito con sus pisinitas, y su baresito con ponche y piña colada, y sus mujeronas traginando ricos guisos en la cosina. Y deja que le venga la inspirasión. Te escribirá un parlamento dirigido al proletario internasional que hasta los camaradas del diesisiete saldrán de la tierra moscovita y vendrán para Mayorca a defenderos de los impuestos bárbaros. Que se ponga a temblar el contrarevolusionario Antich. Es hora que sepa que el capital es el dragón de las siete cabesas. Y ya le hemos cortado sinco, mi caro Gabito. Le cortamos la primera en Rusia, cuando la revolusión proletaria del diesisiete: le cortamos la segunda en China: la tersera se la cortaron los españoles en el treinta y uno: la cuarta se la corté yo mismo en Cuba: y la quinta se la cortamos en Vietnam. O sea, que de un monstruo con siete cabesas, fraterno compañero en la revolusión, sólo nos queda un gatote con dos. Una está en Miami, la otra la representa el reacsionario Antich. Las cortaremos, las dos. Revolusión o muerte. Cuando consigáis con la ayuda del proletariado internasional que Mayorca sea la tierra de todos, vosotros, los hoteleros, veníos para acá, que Cuba os lleva en el corasón. Los voseadores de la prensa reacsionaria, disen que Fidel Castro no es dialogante. Y yo les digo que mienten sobre mí. Si el capital respeta nuestra soberanía nasional, pueden venirse los capitalistas a Cuba, que Cuba les espera con los brasos abiertos. Sólo les pide, Cuba, que no la hollen malamente, que no la destrosen, que la respeten. Cuando te animes a senar nuevamente conmigo, Gabito, tráete una copia de este decreto de la ecotasa para que se lo estudie con enjundia nuestro gabinete de recaudasión. Igual lo aplicamos acá. La esensia de la maldad de la propuesta del contrarevolusionario Antich, radica en que pretende que pague el impuesto el proletariado internasional. Nosotros, los cubanos, se lo haríamos pagar al turismo selectivo, porque Cuba aspira a ser un inmenso hotel de sinco estrellas tan pronto como consideremos que ya nos pueden visitear los millonarios de Miami. Así que convertiríamos la ecotasa en un impuesto revolusionario. Como ves, fraternal Gabito, en Cuba seguimos dependiendo de tí. Te esperamos, enseguida que finalise tu victorioso combate en Mayorca. Mientras tanto, te envío mi carro y un saludo muy respetuoso para vuestro Rey. Los servisios de inteligensia me han informado que ya se hasen gestiones al más alto nivel diplomático, para que don Juan Carlos asuma la solidaridad de los hoteleros mayorquines con el proletariado internasional. Esto es bello. Mi ministro de Cultura, que sabe mucho de la literatura de allá, se ha pasado la noche en la hamaca para haserme unos versos con que obsequiarte. Helos ahí: «Ayer soñé que soñaba./ Soñé, bendita ilusión/ que la ecotasa quitaba/ don Juan Carlos de Borbón». Como ves, caro Gabito, la espada y la pluma siempre van de la mano. Revolusión o muerte. El día de la victoria invitas tú a whisky ianqui.