Maradona i Formentera

TW
0

¿Oiga, presi, estáis vos en el teléfono? ¿Sois vos el presi Matas? Os habla Maradona, el pibe, el pelusa, desde Buenos Aires, la capital de Formenterina. Encantado de saludaros. Mi representante ya me ha informado que vos tenéis necesidad de decir una macana tan gorda, tan gorda, como que yo soy descendiente de formenterinos. Pues bien, puesto que ya no le doy a la bola, no me vendrá mal una platita española. Así que contad conmigo. Yo les diré a los pibes de la prensa lo que el señor Matutes me ha dicho. O sea, que mucho antes de que Adán y Eva echaran el primer polvo, ya había formenterinos en el Chanco. Y voy a enseñarles los papeles que me ha entregado un changador de los muelles y que demuestran mi ascendiente formenterino. El abuelito del abuelito de mi mamasita era formenterino y un día muy lejano, cuando los indios le prendieron fuego a la cabaña, se vino para acá, a la Argentina, con su mujersita y con el padre del abuelito de mi mamasita. Luego, el abuelito de mi mamasita, mi abuelito y mi mamasita, ya nacieron en Lanús. Será una macana muy linda, presi. Mire, yo no sé de política, pero seguro que la rasón está de su parte, porque la rasón es de quien más paga. Si el señor Matutes amplía el acuerdo con mi representante, estoy dispuesto a llegarme a Formenterina y repartir unos chutes de exhibisión, algo suave, porque una tos me rompe. Oiga, presi, una idea que se me acaba de ocurrir. Diga también que Gardel era mismamente de Formenterina y nadie le dirá que no. Aquí, en Argentina, todos somos muy argentinos, pero nadie sabe de dónde prosede la mamasita de su mamasita, ni siquiera sabemos de dónde es la propia mamasita. Todos venimos de la Madre Patria, esto seguro. ¿Sabéis, vos, si bailan el tango los formenterinos? Si ahí saben haser llorar el bandoneón, yo me marco unos pasos pegadito a un almendro en flor. Más que nada para que estos boludos de la prensa comprendan que los argentinos, incluso los cholitos, llevamos sangre de ustedes. Si el señor Matutes afloja algo más de plata, podría conseguir que el señor Videla se declarara formenterino, aunque no podría venir para allá a dar fe de su prosedensia, porque igual Garsón le mete en una jaula para periquitos y ya no le deja volver para acá. Yo no tengo cuentas pendientes con la justisia española, así que cuando vos dispongáis, pibe, me llego a Formenterina para darles un abraso a mis hermanos de sangre. Y no temáis ninguna imprudensia por mi parte, me sé la partitura. O sea, que el abuelito del abuelito de mi mamasita era formenterino y que le atacaron los indios cuando iba a por papas a la siudad. Oiga, presi ¿ya no quedarán indios en Formenterina? ¿Los gendarmes ya se los habrán cargado a todos, verdad...? Por lo que pueda pasar, no me ingrese la plata en un banco local, que por allá hasta Dios está de guasa. Ingrésemela en Suisa. Yo, en lueguito que la ingrese, me llego a Formenterina a besar las viejesitas. Dígame que sí, pibe, qué alguna habrá que evoque Lanús. Pero ya me lo diréis personalmente. Me vengo a platicar con vos y damos la forma más linda posible a nuestra macana.