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Resposta a l'enquesta de la senyora Estaràs

Distinguida doña Rosa: en el Centro Cultural Monstruo Maradona, hemos sentido viva satisfacción al sabernos escogidos para responder a su encuesta sobre la conveniencia de que el mayorquín sea o no idioma oficial en nuestras queridas y siempre añoradas Islas Baleares. Los gallegos de acá, gustamos que los gallegos de allá nos tengan en cuenta en cuestiones que afectan a nuestros ancestros comunes. Por este motivo, los miembros de la directiva del mencionado Centro Cultural Monstruo Maradona, reunidos en el descanso del Boca-River, hemos aprovechado que la tele publicitaba para platicar sobre tema tan trascendente. Vos sabés, doña Rosa, que el Centro Cultural Monstruo Maradona reúne a los hijos, nietos y bisnietos de los gallegos nacidos en Mayorca, por lo que todos profesamos un vivo cariño hacia este archipiélago que guarda nuestros orígenes. Semanas atrás, vos lo sabés, estuvo acá la piba Rosa Puix para informarnos de las cosas lindas que pasan por allá gracias al Partido Popular. Cocinamos paella en homenaje suyo y las pibas y los pibes del Centro se enjaezaron como nuestros viejos y viejas de allá y bailaron sevillanas, gracias a una casete de don Manolo Caracol con que nos obsequiaron en la embajada española. Pero volvamos al tema que ha provocado esta respetuosa carta, doña Rosa. Reunidos los directivos del Centro Cultural Monstruo Maradona, convocados in situ por su presidente, don Walter Ramis, que es el que suscribe, para dar respuesta a la encuesta que usted tan amablemente nos mandó, nos satisface notificarle que los presentes, todos ellos descendientes de gallegos de las Islas Baleares, opinamos que nuestro idioma común es el que siendo rorros aprendimos del hospitalario pueblo argentino y que es el mismo en el que estamos platicando vos y yo, de un lado al otro del océano. Nosotros, los mayorquinos de acá, pensamos que el español permite que todos los gallegos nos entendamos los unos con los otros. Ya está. Nada más que por esto vale la pena potenciarlo. Además, es un idioma de futuro. En sus tiempos, don Juan Domingo Perón ya lo hablaba. Y sabemos de los generosos esfuerzos que está llevando a cabo don Jaime Matas Palou para que los mayorquinos no acaben siendo como los lunfardos acá, que no les entiende ni el matarife que les vende los bifes. No obstante, doña Rosa, vos sabés que a oriyas del Plata todos tenemos alma de poeta. Fíjese en el genio Buggatti, en Carlitos Gardel... Aunque masticaban el lunfardo, las manos nos echaban humo de tanto aplaudirles. ¿Me entendés, vos? ¿Sabés donde quiero ir a parar? Habés de ofrecer cancha a los vates locales para que escriban sus rimas en mayorquín y nos mantengan vivo el recuerdo de la tierra de los viejos, con el paisaje de los bananeros con sus bananas colgando y todo eso. El idioma materno, doña Rosa, es muy dulce. Es como si el azúcar que echás al café, lo echarais al alma a cucharaditas. Los sentimientos antiguos, las viejas emociones que ya estaban olvidadas... Todo esto. Mi viejo recuerda algo de mayorquín. Cuando piensa en su vieja, le baila una lagrimita en la mejilla y exclama 'utch, utch!. Yo le digo, viejo ¿qué es utch, utch? Y no sabe. Dice que exclamaba algo así su vieja cuando echaba pienso a los marranos. Expresiones como ésta, doña Rosa, son las que no se han de perder. Si vos venís a Buenos Aires platicaremos algo más sobre el tema. He sabido que, aún siendo una piba, vos coceáis lindo. Venite. Y después de la paellita con los mayorquinos, os llevo a hacer presencia en la bombonera de River. Será un placer. Un beso. Walter Ramis, presidente del Centro Cultural Monstruo Maradona.

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