Ja podeu llegir la versió en paper de l'especial que ha fet dBalears per Nadal i Cap d'Any. Hi trobareu reportatges, entrevistes i moltes més coses!
A més, l'edició, de 24 pàgines, inclou un quadernet central dedicat a la Diada del 31 de desembre.
A l'edició especial en paper, també hi podreu trobar tot allò necessari i útil per a les properes festes: possibles regals, itineraris, propostes gastronòmiques...
El repartiment dels exemplars en paper s'està fent, de manera gratuïta, a centres culturals, ajuntaments, estacions de tren, les principals vies comercials de Palma... I per a aquelles persones que no l'hagin aconseguit, podran recollir un exemplar a Can Alcover de Palma.
Una de les mentides en què es fonamenta el discurs separatista és en la manipulació i distorsió dels fets de 1714. Tots els qui segueixen aquest blog ja saben que no va ser una lluita de Catalunya contra Espanya, sinó una guerra en que els catalans van lluitar pel que creien millor per a Espanya.
Però sembla que aquest discurs oficial, un mite que canvia la història sense cap respecte per afavorir una política i una ideologia d’odi i divisió entre catalans, comença a fer figa. Això és el que ens explica El Periódico:El debate sobre 1714 “vive una segunda vuelta con el inesperado éxito editorial de la voz discrepante de Jordi Canalcon su ‘Historia mínima de Cataluña’ (Turner, dos meses entre los más vendidos) y el Premio Nacional de Historia del Ministerio de Cultura concedido al historiador y rector de la Universitat de Lleida Roberto Fernández, por su ‘Cataluña y el absolutismo borbónico’ (Crítica).
Frente a la visión siniestra que ha quedado de la imposición del régimen borbónico, Roberto Fernández destaca que “Catalunya tuvo en las políticas borbónicas un buen aliado. A partir de 1714 el XVIII fue un siglo magnífico para Catalunya; la causa fue una bonanza económica general, que las clases dominantes supieron aprovechar muy bien, pero además bastantes políticas del reformismo borbónico, en el comercio, en la industria, en la creación de instituciones culturales, fueron buenas para Catalunya, y muchas de ellas dialogadas con la burguesía catalana”.
Y añade: “Progreso económico al margen, ¿el balance fue negativo nacionalmente? “Vivían su siglo con sus realidades, no las del nacionalismo del siglo XIX o XX. Siguieron sintiéndose catalanes, diferentes del resto de pueblos de la monarquía hispánica, pero articularon el doble patriotismo que expresa Capmany, ‘Catalunya es mi patria, España es mi nación”.
Por su parte, “La ‘Historia mínima de Catalunya’ de Jordi Canal, profesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, va por supuesto mucho más allá del debate sobre el XVIII, y plantea que “toda historia nacionalista es una historia falsa“. Y polemiza sobre cuestiones aún más generales. “Cosas que se dan por supuestas, como que Catalunya es una nación desde el siglo IX, con toda normalidad”, dice. O que la castellanización fue solo un proceso impulsado desde Castilla, o negar, dice, que en Catalunya siempre ha habido varias lenguas además del catalán, sean el latín, el hebreo, el árabe, el italiano o el castellano. O conflictos absurdos como el de la propiedad de las cuatro barras entre Catalunya y Aragón. “Ningún escudo cuando aparece es de un territorio, es de una familia”, recuerda. Algo (la utilización de la historia como herramienta de nacionalización) en lo que, dice, “las historiografías nacionalistas española y catalana son dos espejos”.
Canal discrepa de las últimas interpretaciones sobre las instituciones catalanas antes de la derrota frente a Felipe V. “Ni Estado, en el sentido de lo que hoy entendemos por Estado, ni democráticas”, sostiene. “No se trató del fin de la nación catalana ni de la supresión de un sistema democrático”, añade.
“Se ha simplificado y nacionalizado el conflicto, se ha visto solo en una clave en lugar de ver que es un territorio que no necesariamente es una nación, un estado, o una democracia en el sentido contemporáneo, que se ve inmerso en una serie de conflictos internos y externos. Es una guerra de sucesión, pero al mismo tiempo es una guerra internacional, pero al mismo tiempo es un conflicto religioso, pero al mismo tiempo hay una guerra entre catalanes, pero al mismo tiempo en Castilla hay también austracistas… Algo que no puedes vender políticamente”. Es “una barbaridad”, sostiene, proyectar conceptos contemporáneos 300 años atrás “para dar a entender que el conflicto de hoy, del 2015, es un conflicto que empezó al menos en 1700, si no con los Reyes Católicos”.