Ana, cariño, tómate un Chinchón para el sofoco. La chacha es del pueblo. Y el pueblo confunde la velocidad con el tocino con las consecuencias ya sabidas: viene un treinta y seis y las derechas tenemos que salvar a España de la ignorancia. Vamos a ver, aunque lo pregone la chacha, yo te garantizo que Alejandrito no ha fichado de número nueve con el Rayo Vallecano. ¿Te lo imaginas, a él y a nuestra Anita, compadreando con la rojez de Vallecas? Sí, de acuerdo, la juventud es idealista y a poco que te descuides se mete en berenjenales. Ahí tienes a Tito Gallardón: tanto le da darle la paliza a la Thyssen con los arbolitos como declararse fan de los Beatles. Y Madrid va dando bandazos. Así la alcaldía envía la Brunete a toda una baronesa, así apuesta por la música incivil. ¿Que los Beatles ya se han convertido en monjitas de la Caridad? Cuidado con el lobo con piel de cordero. Fíjate en Israel, que es un Estado serio y Simón Peres se confiesa a diario con Bush. ¿Qué hizo? Puso a los Beatles en la frontera como si fueran los de la Intifada. Porque ten por seguro que si ahora les dicen que de lo de ayer, pelillos a la mar, ha sido por la presión del Pentágono. Has de saberlo: Bárbara y George se enamoraron bailando Yellow Submarine. Fíjate, tienen medio corazón en Liverpool. Y vuelvo a lo de Alejandrito: Ana, cariño, prémiate con un Chinchón. Y dile a nuestra Anita que aparque los celos, porque nadie va a contemplarle los muslos a su marido. Cierto que cuando el río suena, agua lleva. Y Alejandrito se ha dado el gustazo de comprar un equipo inglés, más que nada pensando en España. Confeccionaremos los equipajes en Sabadel, me ha dicho. Y yo, que no: Alejandrito, en Sabadel, de ninguna manera. En Sabadel que se los confeccionen al Barça. Ana, cariño, deberemos hacernos socios del Queens Park Ranger. ¿Que para hablar me quite la zanahoria de la boca? Atiende: el inglés, sin zanahoria, es como el castellano hablado por un catalán. Lo comprenderás cuando lo aprendas. Porque, ahora, al menos, deberás aprender cuatro generalidades. Ya sabes, goodbye y cosas así. Y las tardes de domingo al fútbol con peineta y clavel reventón. Sí, ya sé, el fútbol no son los toros, pero hay que mundializar lo español. ¿Que en moda te gusta ir a la última? Nada de Viky Beckham, que monseñor Martínez Camino ha vuelto a las directrices de Pilar Primo de Rivera y promociona los bombachos. Será mejor que le digas a miss Thatcher que te asesore. Os tomáis un tea with lemon y os vais de compras a El Corte Inglés o a un sitio que se le parezca. Y hazle caso. Sobre todo si vas a ser alcaldesa. Porque Madrid te espera. ¿Qué haremos con Gallardón? Pues mira, se me ocurre que Alejandrito puede ponerle en medio del campo. De estorbo, que es lo suyo. Si te parece nos damos una vuelta por Londres un fin de semana, que Don Manuel Fraga empezó su ascensión por ahí. Visitas a miss Margaret con el pretexto de regalarle un botijo de Talavera y yo me llego hasta el campo para asesorar a nuestro mister. Recuerda que en Quintanilla de Onésimo hice mis pinitos con la pelota, tenía un drive mortal. ¿Que el Drive es un término tenístico? Bueno, da igual. Ya me entiendes. En el regate me sobraba media baldosa, como cuando en el SEU bailábamos Pequeña Flor. Te garantizo que con un par de consejos el Queens Park Rangers se viene arriba. Me río, yo, de sir Bobby Robson. Conmigo en la banqueta, habrá un antes y un después en el fútbol británico. Te lo adelanto. Ana, cariño, ya sé que Quintanilla de Onésimo nos pilla más cerca, pero si Alejandrito compra el Atlético Quintanilla y le metemos un gol al Madrid, ya la tenemos liada. Que si los Aznar juegan a favor de los intereses del Barça, que si coquetean con el separatismo catalán. Ana, cariño, atiende: no demos pie a equívocos. Del Barça, Josete Zapatero, que a la rojez le están permitidos los desvíos emocionales. Pero nosotros, los Aznar-Botella, aúpa Madrid y poco más. Ana, cariño, la hez separada de la buena mies. Don Francisco no quiso tratos ni con Cambó. O sea, que lo catalán ni lo menciones.